La limpieza en las instalaciones de las empresas que desarrollan su actividad en el sector farmacéutico representa mucho más que una tarea de mantenimiento. No en vano, solo mediante unas condiciones de salubridad adecuadas es posible garantizar la calidad de los medicamentos y otros compuestos, así como la seguridad del personal y el cumplimiento de las estrictas normativas que regulan este ámbito.
Ante esta realidad, los responsables al frente de las organizaciones de este segmento profesional deben decidir entre la conveniencia de mantener un equipo interno de limpieza o externalizar dicha prestación, contratando a un proveedor especializado.
En este sentido, y con vistas a servir de guía, a continuación ofrecemos un análisis de los pros y contras de cada modalidad, y detallamos por qué contar con un especialista puede convertirse en la mejor inversión.
Retos de la gestión interna de la limpieza
Antes de profundizar en las claves, lo que queda patente y resulta de esperar es que los mayores inconvenientes de mantener un equipo de limpieza interno son, precisamente, las tareas asociadas a su correcta gestión. La cual supone una carga administrativa con sus propios requerimientos que pueden traducirse en riesgos operativos y costes ocultos.
Formación continua
Mantener a un equipo interno actualizado implica dedicar recursos constantes a la formación en Buenas Prácticas de Fabricación (GMP), protocolos de salas blancas y uso de productos homologados. Cualquier brecha formativa puede derivar en errores que comprometan la esterilidad de las áreas críticas.
Costes operativos
Asumir la selección, contratación, supervisión y renovación del personal de limpieza genera una carga administrativa y salarial que puede resultar elevada. Además, a lo anterior es necesario añadir los gastos derivados, como los necesarios para dotar al equipo de uniformes específicos así como los correspondientes Equipos de Protección Individual (EPI), sin contar la adquisición periódica de productos y maquinaria certificados.
Riesgo de no conformidades
Si a la hora de gestionar ese equipo interno no se destinan los esfuerzos necesarios, su eficiencia se verá perjudicada. Con síntomas como una alta rotación o escasa experiencia que aumentan la probabilidad de incumplimientos en auditorías de la AEMPS o de certificaciones ISO. A su vez, las no conformidades pueden implicar sanciones o paradas de la producción.
Falta de flexibilidad
Con esto nos referimos a que, una vez se ha establecido la estrategia, organización y estructuras necesarias para gestionar la limpieza, siempre cabe la posibilidad de producirse cambios imprevistos en la producción. Por ejemplo, un aumento de turnos, lanzamiento de nuevos productos o auditorías sorpresa, que exigen ajustar al momento los protocolos de estas actuaciones. Circunstancias que, en el peor de los casos, pueden requerir quizás no empezar desde el principio, pero sí una adaptación lenta y costosa.

Ventajas de externalizar la limpieza con un proveedor especializado
Confiar en una empresa para hacerse cargo de estas labores va más allá de lo relacionado con los propios equipos, que también, se trata de aprovechar la especialización y los procesos probados de un proveedor que alinea sus protocolos con los objetivos de calidad y cumplimiento regulatorio de sus clientes.
Experiencia y conocimiento sectorial
Para empezar, un proveedor adecuado es aquel que ofrece servicios especializados en limpieza farmacéutica, lo que implica que ya dispone de personal formado en GMP, manipulación de áreas críticas y validación de procesos de limpieza. Esto reduce la curva de aprendizaje y minimiza el riesgo de errores desde el primer día.
Protocolos validados y documentados
Las empresas de limpieza profesional cuentan con procedimientos validados y ofrecen las garantías de una trazabilidad completa. En la forma de registros de intervenciones, comprobación de puntos críticos (por ejemplo, tests de partícula en salas blancas) y certificados de ejecución. Un tipo de documentación imprescindible para auditorías internas y de organismos reguladores.
Equipamiento y productos certificados
Igualmente, estas compañías cuentan con acceso a toda la maquinaria especializada que resulte necesario en cada caso, así como a los productos autorizados. Por su propia actividad, también se adaptan a las novedades y mejoras con mayor rapidez.
Ahorro de costes operativos
Aunque a primera vista la externalización puede parecer más cara, al consolidar todos los servicios (personal, formación, consumibles, equipos y gestión administrativa) en un único contrato lo normal es lograr una reducción de costes, sin hablar de la inversión inicial necesaria.
Flexibilidad y escalabilidad
Un proveedor profesional tiene la capacidad de ajustar el alcance y la frecuencia de las intervenciones según las circunstancias sin necesidad de reforzar las plantillas propias.
Garantía de cumplimiento normativo
Las empresas especializadas se mantienen al día de cualquier cambio en la normativa, y actualizan sus protocolos oportunamente, de modo que el cliente siempre trabaja conforme a los estándares más exigentes.
Minimización de riesgos laborales
Como hemos mencionado, gestionar internamente el personal destinado a la limpieza también requiere hacerlo con los riesgos laborales asociados con el uso de productos químicos y maquinaria. Un socio externo asume la responsabilidad de la prevención de riesgos laborales (formación en manejo de productos, EPI, planes de emergencia), liberando al cliente de estas obligaciones.
Llegados a este punto, parece claro que contar con un aliado experto en limpieza, con experiencia en la industria farmacéutica, se traduce en tranquilidad, ahorro y calidad asegurada. El siguiente paso también lo es, y consiste en saber elegir a un socio que, como Justlimp, sepa estar a la altura de las necesidades de cada organización, con profesionalidad y flexibilidad.