Buenas prácticas de limpieza en centros de datos y espacios de trabajo tecnológicos

La limpieza en los espacios de una compañía tecnológica ‒por ejemplo, los centros de datos tan presentes hoy en día‒ sigue unas reglas diferentes a las de una oficina convencional. Y es que, aunque a primera vista pueden parecer solo negocios que manejan más ordenadores de lo habitual, en realidad hablamos de entornos llenos de componentes electrónicos, con lo que eso implica.

Más concretamente, la calidad del aire y la presencia de polvo son dos aspectos muy a tener en cuenta a la hora de garantizar la continuidad operativa y la eficiencia de cualquier instalación de este tipo. No en vano, lo cierto es que cada partícula puede incidir directamente en la productividad.

Desafíos únicos en entornos tecnológicos

Pensemos que cuando un rack de servidores o un cluster de routers acumulan polvo, lo que sucede es que se impide el correcto flujo de aire. Esa obstrucción afecta a la expulsión adecuada del calor, lo que significa una mayor temperatura interna del equipo y multiplica el riesgo de sobrecalentamiento.

Con el tiempo, este incremento térmico puede provocar errores de hardware, llegando incluso a apagarse de forma inesperada y, por tanto, comprometiendo la continuidad operativa.

En este sentido, el funcionamiento habitual dentro de las empresas de este ámbito es que los equipos deban permanecer encendidos continuamente. Cualquier corte de energía o desconexión prolongada puede interrumpir procesos críticos, como backups o la disponibilidad de datos, con consecuencias graves.

Eso hace que la limpieza deba planificarse con rigor, optando por intervenciones parciales y, en todo caso, evitando o minimizando la necesidad de paradas. Todo lo anterior exige un protocolo específico de estas tareas, así como personal cualificado; teniendo presente detalles como las rutas de los cables, los puntos de acceso o las ventanas de mantenimiento, además de la coordinación con el departamento de TI para según qué casos.

Soluciones prácticas de limpieza

Así, para llevar a la práctica la limpieza en un entorno tan delicado, lo primero es equiparse con aspiradoras de alta eficiencia equipadas con filtros HEPA, capaces de capturar partículas de hasta 0,3 µm sin volver a liberarlas. Estas aspiradoras permiten intervenir directamente en las aletas de ventilación, ranuras y rejillas donde se acumula el polvo, sin riesgo de dispersarlo.

Asimismo, a la hora de limpiar junto a los equipos en funcionamiento, conviene utilizar boquillas de aspiración suaves y mangueras flexibles que minimicen el contacto físico con los componentes y reduzcan la necesidad de apagarlos.

En aquellos casos en que la limpieza “en caliente” no sea posible, deberá acordarse con el departamento de TI un periodo lo más breve posible para realizar el mantenimiento. Lo que implica cortar la alimentación de forma controlada y volver a poner en marcha los sistemas sin comprometer procesos críticos.

En este sentido, y por lo general, es recomendable programar un ciclo de aspiración ligera semanal, complementado con limpiezas profundas trimestrales en las que se desmonten parcialmente los armarios y se acceda al subsuelo, donde pueden acumularse más residuos.

Prevención de electricidad estática

Por otro lado, la electricidad estática representa otro enemigo silencioso para la electrónica de precisión. Una descarga, incluso pequeña, puede dañar ciertos componentes de manera irreversible. Para prevenirla, el personal debe trabajar con paños y agentes antiestáticos y emplear aspiradoras ESD-safe (electrostatic discharge safe), que están diseñadas para drenar la carga sin dañar los equipos electrónicos.

Así, es igualmente importante que el personal utilice pulseras y calzado anticarga, conectados a una toma de tierra, así como que las zonas de trabajo cuenten con una humedad relativa controlada ‒idealmente, entre el 40% y el 60%‒, ya que un aire demasiado seco favorece la generación de estática.

Como vemos, solo con un enfoque de limpieza estudiado es posible garantizar la seguridad de los equipos y saber que los sistemas funcionarán siempre en condiciones óptimas. Al menos, en lo que al plano físico se refiere.

Y aunque su implementación puede resultar compleja, siempre está la opción de confiar en proveedores especializados que, como Justlimp, aporten experiencia y protocolos hechos a medida para cada negocio tecnológico.