Aunque mantener un entorno de trabajo limpio puede ser una tarea que pase desapercibida entre las múltiples responsabilidades de una empresa, lo cierto es que el impacto de la limpieza en la salud laboral es considerable y merece una atención especial.
Y es que, una organización comprometida con el bienestar de su personal que priorice los espacios saludables también promueve un ambiente laboral positivo y productivo para todos. Así, la limpieza no debe ser considerada como una tarea secundaria, sino como una inversión en la salud y el éxito a largo plazo de la empresa y su equipo humano.
A continuación, exploramos algunos aspectos de la limpieza en la salud laboral en detalle.
Cumplimiento de normativas de seguridad e higiene
No debería de ser el primer punto, pero no está de más recordar que en España contamos con varias normativas de seguridad e higiene que afectan a los lugares de trabajo. Como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la Ley General de Sanidad o la Ley General de Salud Pública. Resta mencionar que el incumplimiento de estos reglamentos puede resultar en sanciones legales y multas significativas para una empresa.
Según estos textos, en nuestro país se establece que los empleadores tienen la responsabilidad de garantizar un entorno de trabajo seguro y saludable para sus empleados. En particular, se define como el objeto de la salud laboral como “conseguir el más alto grado de bienestar físico, psíquico y social de los trabajadores en relación con las características y riesgos derivados del lugar de trabajo, el ambiente laboral y la influencia de éste en su entorno, promoviendo aspectos preventivos, de diagnóstico, de tratamiento, de adaptación y rehabilitación de la patología producida o relacionada con el trabajo”. Esto incluye, por ejemplo, “determinar y prevenir los factores de microclima laboral en cuanto puedan ser causantes de efectos nocivos para la salud de los trabajadores”.
Alergias y enfermedades respiratorias
La acumulación de polvo, ácaros y otros alérgenos en las superficies y el aire puede desencadenar reacciones alérgicas y problemas respiratorios, especialmente en personas sensibles.
La forma de reducir estos riesgos y promover un ambiente de trabajo saludable pasa por mantener una limpieza regular y exhaustiva, que incluya la limpieza de superficies, una ventilación adecuada y la aspiración de polvo.
Prevención de enfermedades contagiosas
Los gérmenes y bacterias pueden propagarse rápidamente a través del contacto con superficies contaminadas, lo que aumenta el riesgo de brotes de enfermedades entre los empleados.
La forma de impedir su transmisión es mediante la desinfección regular de áreas comunes, como baños, cocinas y espacios de descanso; así como la limpieza frecuente de escritorios y equipos compartidos.
Mejora del bienestar general
Un espacio limpio y organizado promueve una sensación de calma y tranquilidad, y aunque podemos minusvalorar estos efectos de la limpieza, lo cierto es que esto puede impactar positivamente a la hora de reducir los niveles de estrés y ansiedad entre el personal.
Sin olvidar que un entorno limpio y agradable también puede mejorar la moral y la satisfacción laboral, lo que a su vez puede aumentar la productividad y la retención de empleados a largo plazo.